Complejo mundo interior.
Dos meses pueden ser mucho o poco tiempo. La invención humana se pase delante de la transformaicón de mi cuerpo, la barba, los zapatos más viejos, los pulmones más gastados y las retinas más llenas. Dando vueltas, se encontró mi mente con cambios. De esos inesperados, internos y externos, de los que en dos tiradas de dados rompen cierta seguridad emocional y en par de palmadas revitalizan las flores marchitas del pasado, en una época en la que lueve menos en Salerno que esos tres primeros meses, fugaces, intensos y livianos, en su propia contradicción de nuevos.
No sé aun porque se genera la tristeza. Las sucesivas lágrimas, ante películas que nos dicen algo, sin saber en muchas ocasiones que nos meten dentro y de que manera, será esa canción, esa mirada a la nada, la luna, rabiosa de celos, y la cerveza caliente que dejaste en el bar de carretera.
Te puedes sorprender hasta tal manera, que no sabes si dar un portazo, dejar la puerta entreabierta o seguir tragando bocanadas de altibajos, montado en tu noria particular, roja.
Cuando hice el fotolog, el primero, mi idea era escribir sobre mis pensamientos, ideas y emociones. Durante su año y medio largo de vida, vivió plenamente. Su hijo, el siguiente, que lleva casi tres años picando el cielo en busca de nuevos sueños, fue perdiendo las ideas y los pensamientos, para quedarse en plenas y cortas emociones, aveces inentendibles, propias, sin divulgación general. El corazón partido en dos, perdió su dosis de ideas al mismo tiempo que aquellos fotolog que leía con entusiamos (CXL, Solganor, Insaf, 2217, Alex...) murieron. Cambió una cosa. Cambió mucho. Yo cambié. Yo cambio.
Y el fotolog se llena de polvo, de lineas diminutas ante los grandes textos de su niñez.
Cuando hice este blog, mi mente pasaba por muchos cambios. La noria era más noria que nunca. Ahora está..adormilada, abajo y arriba, sin darse cuenta aveces, con miedo a reconocer sus lágrimas o sus risas. Con miedo a seguir viviendo.
Salerno, además de darme gente nueva, me ha dado re-conocer la gente anterior a esta etapa. Re-conocer mi propia relación con ellos, reconocerme a mi mismo. No es mentira. Este año es diferente, y las fotografías que hace mi mente aquí quedarán en el recuerdo.
Soy yo. Y lo que me rodea. Y eso nadie puede quitarlo, existe. A veces me pregunto que si pudiera con una varita quitar algo en concreto (y es concreto), si lo haría. Le pregunto a las noches, a mi cabeza, a mis sueños, a mi pensamiento, y a mis sentimientos. Y al final acaban sudados, cansados, y descojonandose de risa mientrás el mar inunda sus mejillas. Porque la contradicción existe. Porque la moral siempre será inventada. Y el pensamiento una caverna de Plastón, en la que Nietzsche regatea todas sus normas y formas.
Cuando no queda carbón, es mejor dejár de enceder pastillas, porque sólo habrá fuego momentaneo, y la hoguera que una vez fue, ha muerto con el tiempo.
La próxima vez, antes.